PERSPECTIVA:
La perspectiva se define como el arte de representar los
objetos en la forma y la disposición con que se aparecen a la vista.
También, como el conjunto de objetos que se visualizan desde el punto de
vista del espectador. Mediante esta técnica, los artistas proyectan la ilusión de un
mundo tridimensional en una superficie de dos dimensiones. La
perspectiva nos ayuda a crear una sensación de profundidad, de espacio
que retrocede.
Las técnicas fundamentales utilizadas para obtener perspectivas
son: controlar la variación entre los tamaños de los sujetos u objetos
representados, superponiendo algunos de ellos, y colocando los que están
pintados en el terreno que se representa, más abajo
cuando están más cerca y más altos cuando están más lejos.La perspectiva, entonces, es un sistema que permite representar tres
dimensiones sobre una superficie plana de dos dimensiones; por lo tanto, es una
simulación de lo visible de la naturaleza que permite figurar el efecto volumétrico de los
objetos, colocados éstos, a su vez, en un ambiente de falsa profundidad.
El ojo estima la distancia en base a la disminución de
tamaño de los objetos y al ángulo de convergencia de las líneas (perspectiva
lineal). Del objetivo y de la distancia dependerá el que la imagen tenga más o
menos profundidad. La sensación de profundidad es puramente ilusoria, pero
forma parte una técnica de composición muy importante. La perspectiva también es la estructura sobre la cual se apoya la forma de visión del hombre moderno, a partir del Renacimiento, que es cuando se instaura definitivamente en la plástica.
PERSPECTIVA INVERTIDA:
Perspectiva invertida es una perspectiva cónica pero en la que los objetos aumentan su tamaño según se alejan del espectador, para lo que el punto de fuga se supone sobre el ojo del observador. Esta perspectiva consiste en que el punto de huida, entre el cono óptico y el objeto, no se sitúa atrás del cuadro, sino adelante, en el espectador. Los objetos no se ubican en forma proporcional a la distancia; no hay ilusión de profundidad.Este tipo de perspectiva fue muy utilizado por los pintores de iconos religiosos rusos ortodoxos. Muchas veces la utilización de la perspectiva invertida también aportaba ventajas: permitía, por ejemplo, desarrollar las composiciones para hacer ver los detalles o las escenas “cubiertas” por ella; desaparece el espacio tridimensional y la profundidad, todo pertenece al primer plano. La utilización frecuente, aunque no en forma exclusiva, de la
perspectiva invertida en el arte del ícono desorienta al hombre de
cultura europea moderna cuyos ojos están acostumbrados a la perspectiva
lineal reintroducida en el arte entre los siglos XIII y XIV.

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